En el periodo premoderno, masoquista: reconocimiento de la autoridad y de la sujeción a la misma, obediencia sin paliativos, aceptación activa del orden impuesto y de los métodos de castigo utilizados para mantenerlo, cooperación en los mecanismos represivos, etc. Tal comportamiento fue reforzado especialmente en las mujeres durante todo el periodo feudal.
Adicionalmente, en tiempos de gran crueldad y brutalidad, no resultaba difícil provocar situaciones que se resolvieran mediante la aplicación de control y dolor fácilmente predecibles en intensidad y alcance por el contexto cultural.
Este sería el caso de algunos mártires y también de ciertos líderes, que buscaron activamente su propia destrucción aunque las circunstancias no lo exigieran. Asimismo se trasluce en algunos personajes literarios, como el caballero Lancelot de las leyendas artúricas.
En todo caso, el masoquismo es igualmente una característica de la naturaleza humana que no se halla en otras especies. Son incontables las personas que buscan y mantienen situaciones en las que resultarán dañadas, humilladas, castigadas e incluso torturadas o destruidas. Hay quien afirma que las sociedades organizadas serían imposibles sin estos rasgos masoquistas en una mayoría de la población.
El masoquismo parece hallar su satisfacción en:
Las sensaciones de orden, control y predecibilidad de los sucesos
El abandono temporal o permanente de las propias responsabilidades.
Ocasionalmente, reproducción y liberación de experiencias infantiles traumáticas
El alivio de las sensaciones de culpa a través del castigo
Los factores de intensa excitación sexual vinculados a estas actividades.
En algunos casos, la reivindicación del propio ser desde un papel de víctima sacrificada o dispuesta
Cuando el masoquismo busca la propia destrucción, rechazo o abandono, suele considerarse un indicio de patología mental o de tendencias suicidas. En cambio, cuando busca la propia realización a manos de una persona con la que se mantiene un vínculo emocional, constituye una manifestación de la afectividad
La investigación científica ha revelado que podría existir un tipo particular de masoquistas por razones exclusivamente fisiológicas, debido a un error de transcripción de genes. Estos masoquistas tendrían interés únicamente en la experiencia del dolor, sin los factores psicológicos, aunque se cree que su propio desarrollo personal les conduce a distintas manifestaciones del sadomasoquismo.
Uno de los masoquistas más conocidos de la historia fue el militar, aventurero y arqueólogo inglés Lawrence de Arabia.
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